Como ya en ese tiempo vivìa sola, y pese a la insistencia de unas amigas, tambièn “gateras” como siempre lo habìa sido yo, me negaba a tener otro gato en mi casa, ya que cuando me fuera de la ciudad, se quedarìa sola.

Pero bueno….en un momento dado, la abuela de una prima de ellas buscaba hogar para las hijas de su gata, una gata siamesa que habìa tenido crìa de otro gato que estaba en el mismo campo donde ella estaba. Consecuencia de la bùsqueda de esa señora, llegò a mi casa, sin màs michi….que a pesar de mi negativa, se quedò y todas mis quejas quedaron olvidadas.

Paulatinamente, nos fuimos acostumbrando las dos a nuestra presencia, y como ella llegò  de un mes aproximadamente, vivì todas sus etapas en estos 10 años.

Primeramente, hubo que acostumbrarla a las piedritas, cosa que se adaptò muy bien. Luego, unos meses màs tarde, la esterilicè y en ese momento vivì una de las experiencias màs fuertes que tuve con ella. La operaciòn se realizò un lunes y para el viernes, estaba todo bien. Entonces, decido ir a la casa de mi hermano, que vive en otra ciudad y por ende, la dejè sola en mi casa, disponiendo de agua y alimento. Cuando vuelvo, lunes en la madrugada, encuentro a mi gata con la herida llena de pus….imagìnense còmo me quedè….espantada. Como a las 3 de la mañana, no habìa mucho que hacer, me acuesto y al rato, tipo ocho de la mañana, cuando me levanto veo a mi gata que ya se habìa limpiado la herida. En cuanto abriò la veterinaria, allà fuimos , y bueno, la atendieron, le dieron antibiòticos y còmo serìa mi cara, que cuando le preguntè si habìa sucedido por haberla dejado sola, el veterinario me contestò que no. Pero el jueves siguiente, cuando fuè dada de alta…el veterinario dijo…..” Y bueno, me dejan sola y no me gusta”.

A partir de ese momento, siempre dejo a alguien que vaya a estar un rato con ella, aunque yo le deje el agua y el alimento.

Otra vez, que tambièn venìa de la casa de mi hermano, mi gatita, empezò a dar vueltas por la casa, corriendo en cìrculo y comentàndolo con mis amigas, decìamos que manifestaba la alegrìa de estar nuevamente juntas.

Y la situaciòn màs significativa, fuè una noche, en la que ya estàbamos las dos acostadas, casi listas para dormir y yo, hablando por telèfono. Termina la comunicaciòn, y me pongo a llorar…ella, que estaba a mis pies, se levanta , camina hacia mì, y con su manito me toca la frente. Esa actitud tuvo el poder de cambiar mi energìa y por consiguiente mi ànimo.

Con el tiempo, ha ido cambiando sus hàbitos, ya que hace unos años, solìa subir arriba de un mueble tipo ropero, pero ya no lo hace màs.

Y el año pasado tuve oportunidad de estar casi un mes fuera de mi casa, y ella sufriò bastante, ya que casi no comìa, y cuando iban mis amigos a verla, sòlo con una chica, se mostraba. Con los otros dos hombres, jamàs se mostrò. Y demàs està decir que estuve como un mes sin poder dejarla mucho rato sola, ya que cuando volvìa y habìa tardado un rato haciendo mandados, me maullaba a viva voz.

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