Todos sabemos que una de las principales tareas de nuestros amiguitos de cuatro patas, es el acicalado, que ocupa entre un 10 á 30 % del t  tiempo que pasa despierto y que puede alterarse muy fácilmente, con los cambios en su ambiente.

Este hábito higiénico le permite tener limpio su pelaje, además de expulsar parásitos, objetos extraños, como así tamibén desenredar los nudos del pelo.

Un cambio en su rutina de limpieza, digamos un acicalado excesivo, que llame la atención, es un síntoma que algo no funciona como corresponde en el gato.

El lamido, va desde la cabeza hasta la cola. Aunque abarca casi todo el cuerpo, siempre empieza por la cabeza. Las áreas que más higienizan son : la zona de la boca (después de la comida, sobre todo si es húmeda), el cuello, el pecho, hombros y espalda.

A continuación del acicalado, usa los dientes para atrapar parásitos, limpiar los espacios interdigitales y para desenredar mechones de pelos.

La función del lamido, no termina solamente en la mera función higiénica. Tiene un efecto calmante, ya que el acto de lamerse desencadena la producción de endorfinas endógenas, lo que hace que esta actividad tenga un efecto tranquilizante. Por eso, los gatos se lamen tras situaciones conflictivas, por ej. como cuando pierde una presa ó situaciones frustrantes,( como cuando quiere acostarse en un sillón y no se lo permites). Lamerse, le hace al animal recurperarse de sus emociones.

Otro episodio de lamidas frenéticamente lo podemos observar cuando les duele algo, sea por una eczema, inflamación ó picadura de pulga. Con este inusual lamido, intenta aliviar la irritación ó el dolor. En estos casos, vamos a notar que el tiempo que usa en su acicalamiento, es mayor al habitual.

También podemos encontrar un lamido excesivo, cuando hay una inflamación de la vejiga (cistitis). En situaciones bastante importantes, los gatos suelen quitarse todos los pelos del estómago. Si adviertes un lamido poco habitual en el gato, consulta sin dudar a su veterinario.

Aunque también, en algunas especies, el lamido está asociado al placer, porque despierta la producción de dopamina. Algunos gatos no pueden dejar de sentir estas buenas sensaciones, y pueden pueden llegar a adoptar el llamado TOC trastorno obsesivo compulsivo. Lo que se traduce a que se lamerán obsesivamente durante todo el día. Este tipo de conductas se dá más frecuentemente en siameses, abisinios, burmeses e himalayos, aunque éstos últimos en menor medida.

 

 

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